Práctica educativa y desarrollo de la lengua escolar
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Resumen
La diversidad lingüística y cultural tiene una presencia cada vez mayor en el mundo occidental. Cataluña no es diferente y, a lo largo de la última década, la heterogeneidad identitaria, lingüística, cultural y étnica ha crecido de manera importante (Departamento de Educación, 2009). Lo que se ha dado en llamar el «fenómeno migratorio» está presente en todas las regiones y se ha extendido por las aulas del sistema educativo catalán. Desde una perspectiva lingüística, esta realidad presenta problemas hasta ahora desconocidos entre nosotros, relacionados todos ellos con el aumento de la diversidad del alumnado con respecto al conocimiento de la lengua de la escuela. De hecho, no es de extrañar que en una misma aula se encuentre alumnado escolarizado desde el principio del parvulario junto con alumnado que lo ha hecho a lo largo de esta etapa o de la primaria, lo que provoca que en una misma aula la diversidad lingüística, por lo que respecta al conocimiento de la lengua escolar, sea enorme. Ciertamente, las cuestiones implicadas en la escolarización de la infancia y la adolescencia de origen extranjero no son exclusivamente lingüísticas y en muchos casos, incluso, los «problemas» lingüísticos esconden otras realidades mucho más importantes para comprender el desarrollo de estas criaturas. Sin embargo, también es cierto que los aspectos específicamente lingüísticos relacionados con el dominio de la lengua de la escuela por parte del alumnado de origen extranjero deben tener un espacio para la reflexión, a fin de comprender mejor los procesos de escolarización. Este artículo aborda esta cuestión desde la convicción, por parte de quienes lo escribimos, de que las cuestiones escolares que afectan a la escolarización del alumnado de origen extranjero no se resuelven exclusivamente con la reflexión sobre el proceso de adquisición de la lengua de la escuela, pero que ciertamente puede ayudar.
La investigación ha mostrado la existencia de un importante desfase entre el tiempo que el alumnado de origen extranjero tarda en desarrollar habilidades conversacionales en la nueva lengua y la adquisición de las habilidades lingüísticas implicadas en los procesos de enseñanza y aprendizaje (Collier, 1987; Cummins, 1981; Hakuta, Buttler y Witt, 2000; Maruny y Molina, 2000; Navarro y Huguet, 2005; Ramírez, 1992; Siqués y Vila, 2007; Thomas y Collier, 1997). Todos los trabajos mencionados afirman que este desfase puede ser de entre tres y cuatro años. Eso no significa que ambas habilidades sean independientes, sino que están estrechamente relacionadas, pero los datos empíricos afirman que, en el caso del alumnado extranjero, el desarrollo de estas habilidades puede tener ritmos muy diferentes que se relacionan, entre otras cosas, con la participación activa en las tareas de enseñanza y aprendizaje escolar mediante la lengua de la escuela.