Vejez en contextos indígenas y pobreza extrema en Chiapas
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Resumen
Objetivo: el trabajo busca dar cuenta de cómo las sociedades indígenas, específicamente los zoques del noroeste chiapaneco, tejen estrategias de sobrevivencia para hacer frente a la vejez en situación de desventaja económica y social, especialmente cuando viven en pobreza extrema y en sociedades de gran marginación. A pesar de tener en su contra situaciones adversas en la vejez, algunos grupos indígenas se sitúan por encima del promedio nacional, aunque la mayoría mantiene promedios bajos.
La vejez, en contextos indígenas, ya no puede ser explicada sólo a través de la cultura nativa, en la que generalmente el etnógrafo dibujaba una vejez idílica y homogénea, en la que el viejo (masculino) era descrito lleno de atributos gerontocráticos. La realidad es más compleja, existen varias «carreras» y formas de envejecer dependiendo del «grado de vejez», el sexo, la salud, el estatus social, las redes de apoyo afectivo y solidario, la economía, las habilidades en los ámbitos mágicos y religiosos, etcétera, y la suma de todo ello define, en buena medida, la forma de envejecer, la cual puede ser «exitosa» o no. Bajo esta característica hay «vejeces» y no vejez a secas.
El sector indígena sigue siendo el más desprotegido. Si los programas oficiales de asistencia social estuvieran dirigidos a atender a la vejez, éste grupo crecería y sería más longevo de lo que reportan las estadísticas oficiales.
Metodología: para analizar las estrategias de sobrevivencia que les permite alcanzar edades avanzadas, se seleccionaron a ancianos (16 hombres y 9 mujeres) que superaran la barrera etaria de 75 años, que es la frontera del promedio nacional de la esperanza de vida en México, y que vivieran en situación de pobreza extrema. Se trabajó en campo, y se aplicaron 25 entrevistas en profundidad. Cada entrevista fue grabada –con permiso de la persona entrevistada– en vídeo y fue transcrita para ser vertida en síntesis, como ejemplo, en el trabajo.
Principales resultados: ante el panorama de alta marginación y pobreza extrema en el que se desarrolla la vejez en las comunidades indígenas, el anciano se retira de la actividad productiva sin prestación social alguna, tiene que trabajar hasta el límite de sus fuerzas (trabajo físico), habilidades (rezadores, curanderos, danzantes, etc.) y capacidades (mentales, como la lucidez, salud, capacidad auditiva, apoyo de la familia, amigos, vecinos, iglesia, etc.). Bajo este esquema, la población anciana construye estrategias de sobrevivencia que les permite no morir a edades tempranas, y la presencia de la población envejecida es más evidente y crece al mismo ritmo o más del promedio nacional. Los vínculos de apoyo en la edad avanzada se cristalizan a través de las redes de apoyo religioso, el soporte comunitario, las relaciones afectivas y solidarias de los familiares y amigos, así como de los programas oficiales de apoyo económico en la vejez.